28.12.12

Soledad, pasanaku y felices fiestas

En la Navidad lloró mucha gente. En el Año Nuevo llorará la misma cantidad o tal vez menos. Recién conversaba con V. sobre su triste Navidad. Las tres solas, me dijo, lloramos. También me invitó a participar cuando quiera de algún pasanaku. Es una forma de ahorrar, me dijo. O una forma de pedir un crédito sin pagar intereses de ningún tipo, pensé. No está mal, si no fuera por la inflación. Con la inflación te conviene salir sorteado entre los primeros números y luego jugar con la inflación. El pasanaku no es una práctica solitaria, pero no entiendo por qué me refiere cierta soledad la labor especialmente de quien oficia de recaudador. En el pasanaku se juntan diez, veinte personas, las que quieras. Según lo que entendí, cada uno, durante, pongámosle, doce meses, pone una cantidad fija de dinero. Por ejemplo, si son diez, y cada uno de los diez pone 200 pesos, el fondo de inversión del pasanaku son 200 pesos por diez, es decir, 2000 pesos. Luego se sortean los números, del uno al diez. Si te toca el dos, al segundo mes ya tenés los 2000 pesos, y seguirás pagando tus 200 pesos hasta que terminen los doce meses, pero tenés un préstamo a tasa cero, y si a eso le sumás la inflación del 25 por ciento, entonces estamos hablando de que ganaste un poco más de dinero. Si sos el último, naturalmente, perdés el 25 por ciento de lo aportado durante el año. Sin inflación, el pasanaku es un sistema absolutamente justo y equitativo, donde la fortuna juega su parte, por supuesto. Si no hubiese inflación ni trabas para comprar dólares, ganarte el pasanaku en los primeros números es realmente hacer negocio. Mucho más que probar la suerte en los juegos de azar oficiales. Claro que tiene su contrapartida: no hay nada firmado, todo es de palabra. Pero según V., de los pasanakus que ha conocido, en ninguno hubo problemas, de algún modo todo se soluciona. Los bolivianos son muy hábiles con los números, son también personas muy solas en el exilio, que necesitan de la contención de sus paisanos para pasarla medianamente bien. Los bolivianos malos son malos con sus paisanos, y hay que alejarse de ellos. Los bolivianos malos explotan a los bolivianos buenos. Como los noruegos malos explotan a los noruegos buenos. Pero los noruegos no tienen pasanaku, los bolivianos sí. Luego, todos venimos solos y desnudos al mundo y todos nos vamos solos y desnudos de él. Es una realidad. No sé si catalogar a la realidad de triste. Quizá lo sea. Pero es lo que hay. Repasando viejos borradores, a la mayoría la reuní dentro de un archivo de Word. Seguramente se sumen otros textos y algunos de los reunidos desaparezcan. Debo escribir con mejor información algún texto sobre el pasanaku y la soledad. El nombre del archivo de Word que acabo de armar se llama Textos encontrados sobre la soledad. Ya son más de 120 páginas donde, no saben cómo me lamento, no hay una puta felicidad.

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