Los días avanzan con ventiladores, ciclismo nocturno, un depto que trato de amar pero que odio, un aire acondicionado que es un AA pero que podría ser el terror de la Triple A, un instalador que vendrá el martes, un cigarrillo que extraño tanto como el alcohol, los días, la concha de la secretaria legal y técnica, quiero ser feliz en estos días pero me está costando un Perú, toda Bolivia, Ecuador, Colombia, Venezuela y métanle las Guyanas, Brasil, el Paraguay y todo lo que quieran del subcontinente, debería estar trabajando, deberías estar trabajando, Javier, y ser santo e ir a misa los domingos y recordar y que te recuerden y de pronto me encuentro con la hija que una vez tuve y que de vez en vez redescubro pues no me trata, pues renunció a mí y no me victimizo, yo también tiendo a renunciar a mí, y me pasa que estoy con un ventilador Liliana a mi derecha y con el calor de la tarde en la nuca, dentro de la habitación triste todo el sol, 40 grados de térmica mientras no vengan López Rega e Isabelita a instalarme el AA y el miedo a perderlo todo, incluso la cordura, pues renacen y florecen los peores síntomas y la reputa madre que lo remil parió, una vida y unos días que avanzan y se empujan entre sí, se lastiman, se codean, buscan roña todo el tiempo y sin parar lo que nadie sabe qué porque nadie nada termina de comprender bien nada cuando nada se comprende del todo, "dios" se escribe "Dios" aunque nos haya creado para matarnos.
17.1.25
Nadie nada termina de comprender bien nada cuando nada se comprende del todo
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