En este encierro no debería fumar. Ni dormir poco.
(¿Dónde dejé ese archivo? ¿Qué hice con aquel otro? ¿Pagué las multas? ¿Qué falta pagar antes de la Navidad? ¿Cuánto hay por cobrar? ¿Estaré odiando a mi perro el Fin de Año?).
Dentro de este encierro se hace difícil mantener un blog, el estertor de la soledad. Se hace difícil todo. Antes, muchísimo antes, no existía el encierro sino la eternidad. Ahora, otra vez, anda sonando esta musiquita de fin de año.
(Hay que leer El proceso, pero leerlo en serio).
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