Parece ser algo que dibujaba el padre de Roux, no confundir con GR. Me gustó el título de la tira. |
Guillermo Roux: La verdad es que no me gustaba nada esa vida [de pintor]. Fue muy muy
difícil para mí. Fue de las cosas más difíciles que pasé, eso de irme de ese
mundo de compañerismo, entrega, no-competencia, de no-ansiedad, eso de irme de esa cosa
de amistad, de cambiar ideas, en fin [se refiere a la ilustración, el dibujo, la historieta], y ahora pasar de ahí a "la soledad del pintor"…
Un Genio Ignoto e Incomprendido: ¿Qué lo hizo sostener esa decisión entonces?
GR: No hubo una razón.
UGIeI: Porque tampoco a usted lo movía lo obsesión y la ambición
de ser un Rafael.
GR: ¡Nooo! ¡No se llegaba a ningún lado!
UGIeI: Era como una maldición lo que le estaba pasando.
GR: ¡Síii! ¡No se llegaba a ningún lado!
UGIeI: No.
GR: ¡No! No es como ahora que
te presentan en la gran galería, la gran galería te vende una nota en
el diario… ¡Sos famoso de la noche a la mañana, sale tu cara en el diario, "soy
pintor, me pongo una boina"! ¡Nooo! "Me pongo algo raro en el cuello, un pañuelo, hago un garabato y
listo". ¡Nooo! Viste cómo es ahora: ¡todo el mundo pinta, todo el mundo es poeta, todo
el mundo es periodista, todo el mundo es fotógrafo, todos son estrellas de dos días!
UGIeI: Mierda, sí.
GR: Ese fue uno de los problemas también.
UGIeI: ¿Cuál?
GR: Que si bien yo sabía que dentro de un mundo, el de mi padre, el dibujo, me había criado, y que de ahí ganaba
un sueldo, hacía un dibujito y se vendía, que era un medio de vida, que de saber eso, que si bien sabía eso, ahora ¿cómo
hacía para que la pintura fuera un medio de vida?
UGIeI: Entonces hubo un tiempo donde tuvo que ir equilibrando
ese medio de vida con la pintura.
GR: Fue espantoso.UGIeI: ¿Qué?
GR: Ni un mango.
UGIeI: Se cortó el laburo.
GR: Se cortó el laburo. Seguí haciendo changuitas, pero no era lo mismo. Y en casa mi viejo se quedó con su laburo y me veía a mí supongo que… Bah, no recuerdo que haya habido cuestiones al respecto, porque bueno, "este quiere ser pintor, que sea pintor". Yo ya tenía 17 años. Y tampoco ya de mi viejo podía esperar nada, porque él era el sostén de la familia. No era “le doy a mi hijo esto que tengo”. No.
UGIeI: ¿Y dónde fue la primera pieza que se pagó para trabajar?
GR: Fue en Flores. Creo, no me acuerdo. Un amigo me
dijo "mirá, en el fondo hay una pieza que mi viejo la usa no sé para qué cosa,
metete a pintar ahí", me parece que era una fábrica de estufas o algo por el
estilo. Y bastante después me fui al Barolo, porque ahí empecé a buscar mis
otros compañeros.
UGIeI: ¿En la
Academia no tenía usted ya amigos?
GR: Sí, tenía, pero eran todos medio raros.
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