No, paroxetinas otra vez no, le digo. Eran buenas, no lo niego, pero me abrieron el apetito, me cargué quince kilos en un año. No más dejé de tomarlas fui recuperando la silueta. Y estoy con este bajón. Si además del bajón comienzo a engordar... En fin, paroxetinas no.
Está bien, está bien, me dice.
Podría ser mi hermano híper menor, pero está ahí para aconsejarme.
¿Entonces?
Esto.
Y anota en un papelito. Receta doble. Y esto otro también.
Bueno.
Ésta te puede dar náuseas, me dice.
Bueno, bueno. Quiero ser normal, le digo.
Todo depende de vos.
Y de las pastillas.
Sí, me dice.
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