Hace unos días, tras cruzar en bote el Riachuelo, vi que Charly Alberti era de la partida de la excursión oficial. Nada sabía acerca de su fundación. Nomás me dijeron que simpatiza con Al Gore se me vino un poco bastante abajo. Es que Al Gore es como las carreras de autos. Hay una contradicción intrínseca en él, en ellas.
Verlo al exbaterista de Soda, tenerlo dentro del furgón, me hizo pensar naturalmente en Gustavo Cerati. Y menos naturalmente, o no, en Luis Alberto Spinetta.
Ahora, hace días que rezo por Cerati.
Con Charly nada hablé del tema. Charly me salvó de pisar un sorete por el Rulo de Brian. Eso lo subió varios escalones otra vez. Dicen que se las da de megaestrella. Yo lo vi un tipo sencillo. Pero nada hablamos de Cerati.
No tenía mucho sentido en el contexto en el que estábamos.
Redescubriendo Bocanada, redescubro también en muchas partes al fan de Spinetta que es Gustavo.
