2.6.09

La esperanza de los árboles


Un gran tema a reconsiderar es el concepto de mercado, tal como se lo ha concebido en estos años. Se trata de una diferencia esencial: pensar en términos de “mercado” o en términos de “lectores”. La tendencia de estos últimos años a publicar “lo que el mercado demanda” no se sostiene mucho más, porque “el mercado” no demanda nada. La crisis mundial ha servido para demostrar que el mercado no necesariamente tiene razón. Lo único que los análisis y encuestas pueden determinar es lo que el mercado demandó, y el mercado, a diferencia de los lectores, no nos garantiza la repetición de un hábito, ni nos asegura que alguien volverá a comprar otro libro similar. En cambio si pensamos en lectores y los tratamos como tales, podremos apostar a una pauta de conducta, a un hábito de lectura y a una lealtad, ya sea al autor, al librero, a la colección o a la editorial. (Guillermo Schavelzon).


Los libros electrónicos, los e-readers, el temor de los grandes editores de diarios y también sus primeras readaptaciones —tal como lo muestra esta nota genial del ABC— es de las pocas cosas que me entusiasman del futuro. El texto completo de la cita de arriba, que está en este link, habla también de estas cosas.
Calculo, finalmente, que la esperanza de los árboles no tendría por qué ser un opuesto de la felicidad de los vendedores de libros.

Nota: El e-reader de arriba se llama Papyre. Los de abajo son el Sony Reader y el Kindle (de Amazon).



Más del txt de Schavelzon:
Lo que viene sucediendo en el mundo del disco tiene demasiadas similitudes como para no aprovechar la experiencia. Las disqueras, mareadas del éxito de los últimos 30 años por el aumento brutal del consumo de música entre los jóvenes, prestaron poca atención a las nuevas tecnologías, conformándose con los walkman y discman que usaban sus discos. Pero luego vinieron los CD grabables y la piratería descontrolada, y cuando se popularizó el MP3, el IPOD, y las bajadas de Internet, cayeron en la más grave crisis de su historia. Ese enorme mercado que habían logrado conseguir a lo largo de cien años, los abandonó en menos de uno. Diez años después, los grandes fabricantes de tecnología compiten a muerte por el soporte (los dispositivos). El contenido no ha variado, sigue siendo la música.
En este proceso las disqueras que menos se vieron afectadas fueron las que mantuvieron una línea de especialización, que nunca había sido mayoritaria, y se concentraron en atender a los consumidores que el mercado masivo despreció. Trabajaron más para los melómanos que para el mercado. El mercado se hundió, y los melómanos siguieron comprando.


Kindle 2 from AlleyInsider on Vimeo.

2 comentarios:

  1. Che, yo sería feliz con un Kindle o un E Reader. Así, no tendrías que cargar con tantos libros en cada mudanza. Sólo tus libros especiales. E imagínate llevar diccionarios en tu Kindle.

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  2. Yo espero a que en un par de iteraciones logren un modelo estable y realmente funcional. Entonces me compraré uno.

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