8.3.21

8 de marzo

El sábado (que no es hoy) fue un día productivo: destruí uno de los borradores.

Me insulté. Disfruté insultándome. Creo que hasta me emocionó.

Matar textos está casi tan bueno como. No se me ocurre una comparación.

Onetti, Houellebecq, y la lista no es muy larga, se puede añadir a Shakespeare, no muchos más (Cervantes, Tolstoi, Chéjov, ok, y algunos más: Dostoievski, el primer Borges, etc.). Lo cierto es que luego de esos tíos uno está obligado a romper antes que a publicar libros.

El oficio de escritor hoy debería ser ese: escribir para destruir la propia obra en un acto de perpetua humildad y contemplación hacia aquellos que fueron la reencarnación de Homero y Aristóteles.

Mi producción es vergonzosa. Y estamos como civilización perdidos.

"Solo supo reproducirse como un conejo" espero que rece mi lápida, precedido por un "Este imbécil". Y en lugar de mi nombre: "Poeta en sus últimos años subsidiado".


No hay comentarios:

Publicar un comentario