18.6.11

Dos Caminos - Paul Medrano

(((Reseña o como quiera llamarse,
escrita muy a las apuradas o irresponsablemente.
"Vida o muerte.
Subida o la tuya."
Dos Caminos.
Corrido o lugar.
Lugar o novela.
Novela o guión.
Macho o hembra.)))
A través de Biblits.com accedí a la novela Dos Caminos, de Paul Medrano, que también fue impresa en papel tras quedar en la segunda colocación, si no la pifio, de un certamen literario desarrollado, también si no la pifio, en México. Para el caso pueden googlear "Dos Caminos" "Paul Medrano" y verán más de un elogio que todavía yo no pronuncio, y acaso maneras de dar con el texto, aunque yo recomiendo que lo hagan al menos a través de Biblits.com, pagando 5 dólares, nomás, que irán al bolsillo del autor: creo que el capitalismo puede tener su lado positivo, especialmente si quitamos de en medio a los intermediarios; la literatura electrónica abre esas puertas; sean buenos, paguen.
Pero voy al punto. Dos Caminos. No la pude dejar de leer, a menos que los ojos me lloraran ya demasiado: no tengo e-reader o esos aparatejos, aún, mi lectura fue realizada en el gratuito Digital Editions de Acrobat. No pude dejar de leerla porque la novela de Paul Medrano combina dos cualidades envidiables: una buena historia, una mejor forma de escribirla. Sin altisonancias, sin esnobismos, sin demagogias baratas. ¿Es una novelita de narcos? Sí. ¿Otra más? No. Medrano se encarga de ello. ¿Cómo? Con estilo, con los giros y puntos de vista que alterna, con la polifonía que se sucede y asimismo con la descripción quirúrgica de escenas de desesperación, sexo, violencia. Narrar lo inenarrable (como lo es el terror) no es materia fácil. Es fácil caer en el pecado del sentimentalismo y la lágrima o bien en cierta masturbación mental. Medrano no cae, Medrano es virtuoso. Los narcos somo como dioses griegos que se agarran a las trompadas victimizando humanos y lo que a su paso se les cruza. Los narcos de Medrano (y los de México, porque yo a través de Medrano he aprendido más de México que leyendo los diarios) son víctimas de pasiones encontradas y también seres inescrupulosos, como es que han de ser en la realidad, como es que se muestra la mujer de Zeus en su versión romana y jupiteriana cada vez que encuentra que su marido se va de aventuras con ninfas y otras hembritas. Y hay además frases que me quedan de Dos Caminos, frases como ésta: "Miranda sabe que la vida sólo es una larga oración hacia la muerte". Porque aunque les parezca increíble, en esa frase, además de encontrarse una verdad básica de la humanidad, también se halla condensada la trama de la novela, que también es una larga oración hacia la muerte del autor, que no es Medrano, o que también lo es, y de los narcolocos que la pueblan. Miranda es un narco que busca el retiro y se enamora de Dakota. También es un cobarde que se hace pis al ser asaltado, un escritor a la fueza, el mismísimo Medrano. Y en el otro rincón están "el viejo" y también la Muñeca. Los elementos necesarios y suficientes para que haya acción, para que alguien de allí dentro planee hacer con todo eso una película. Y para que Paul Medrano, en esa capa más superficial de la cebolla novelada que escribe, realice, a mi entender, uno de los mejores libros de autores jóvenes que leí en estos últimos tiempos.
Le oferto mis cinco pastillas deluxe como calificación a Dos Caminos y espero que Medrano siga escribiendo, por el bien de la humanidad o, por lo menos, por el mío.

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