La novelita donde creí que debía cambiar "burro" por "burra" precisa de mayores cambios. Ser mi propio preceptor me salva. Es una tortura digna. Deberé reagrupar panes de texto para que no quede tan pesado todo. Entretenimiento para un hombre solo. Sana diversión, que está mejor que escribir "diversión sana".
Ayer, creo que fue ayer, se produjo un diálogo por esta máquina y a falta, claro, de celular. Cierta muchacha me preguntó que cómo me habían robado.
"Dos chorritos con un arma, por suerte nada me hicieron, pero es más la tristeza que el miedo, más la bronca, si no fuera porque lo necesito por mis viejos ni me compraría otro, además están carísimos y no pienso llevar en el bolsillo más de 10 lucas traducidos en un teléfono".
En eso consistió mi respuesta.
Luego, me digo misántropo. Y hay algo de eso. Pero ellas se la buscan. Con espíritu fenicio no capté que a continuación me ofrecía en venta un teléfono usado, suyo. Apenas leí su "por ahí te sirve" y miré el valor del aparatito, $11.000, publicado en uno de esos sitios de avisos clasificados electrónicos.
"Gracias -contesté-, está al precio de un Alcatel nuevo. Igual hoy no iré a San Isidro, cambié para el lunes frente a la casa de mis viejos, retiraré el chip y estoy condenado al WhatsApp al menos por cuestiones de logística y administración, pero, si no, no tendría más celular. Más que una comodidad, un teléfono es una discapacidad, me doy cuenta. Incluso una forma artificial de compañía, como una mascota electrónica. Hubo un tiempo, a principios de los dosmiles o fines de los 90, que se vendían mascotas electrónicas, los Tamagotchi".
Ella metió un corazoncito al comentario. Entonces noté que se trataba de su teléfono usado. Mis palabras acaso agredieron. Ya no me importa:
"Ah, no leí que era tuyo... el que me robaron era un g5, casi igual a eso. Veo... Primero agotaré posibilidades con teléfonos viejos que sé que no funcionan pero que intentaré restablecer, cualquier cosa te aviso. (El precio es salado con esa falla de la batería ;)".
Final de esa historia. Debo buscar qué leer para antes de dormir.
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