29.12.09

No todo es lo que es


En un par de días terminé un libro en cuya contratapa Bioy Casares y Roa Bastos dedican sus loas. La primera novela de Pedro Mairal, un buen escritor, por lo poco que he leído de él, pero que en esa novela no llega levantarme demasiada inquietud. Tan sólo la última parte, y de esa última parte una porción, me cautivó. Se ve que antes y después todo fue más bien por carriles políticamente correctos, por esos carriles políticamente correctos de las novelas de camino que después de, entre otros, Kerouac, o en la versión argentina, después de Soriano, es difícil reiterar. Diría más, eso ya lo hizo muy bien Cervantes y lo demás más bien debería ser silencio, con alguna excepción, claro, ahí lo tienen a J.Conrad.
Sin embargo leí la novela, de punta a punta, y ese es un logro de la escritura de Mairal, que, con 28 años, creo que esa edad tenía cuando ganó el Premio Clarín, no puede dejarse de considerar. Lo que sorprenden son las exageraciones de Bioy y Roa Bastos. No está mal la novela para ser la primera y la de un chico de 28. No está mal para un Premio Clarín, que además de las exigencias literarias debe conciliar aquellas otras que hagan del libro ganador un libro vendible, cosa lograda con Una noche con Sabrina Love, de ese libro hablo. Pero decir algo como que esta es "una novela madura escrita por un escritor muy joven", como más o menos dice el finado Roa Bastos, o asegurar que "desde que me la puse a leer no pude parar", como afirma el otro finado Bioy Casares, da que pensar que debieron escribir eso a punta de pistola, no hay otra forma de entender cómo el tipo que escribió La invención de Morel y el otro que se encargó de la monumental Yo el Supremo afirmen tales cosas, insisto, no porque Mairal, más de 10 años atrás, no se mereciera algún elogio, pero seguramente no ese tipo de elogios, no elogios de tamaños calibres (BC y RB podrían haber puesto otros clichés más justos, del tipo "una joven promesa literaria asoma en la lontananza", cosas así). Por lo demás, la novela está bien llevada, lugares comunes de por medio (y muchísimos), y lo que mejor maneja el autor es el erotismo. Luego, nada nuevo bajo el sol, ni en 1998 ni ahora. He leído algún cuento de Mairal en este año que termina y lo que ahora escribe sospecho que es infinitamente superior a esa primera y tibia novela.

PD: Si es por "enganche", hay una novelita de Juan Terranova que tampoco es gran cosa, pero que me "enganchó" mucho más que la de Mairal. El bailarín de tango, se llama y me llevó unas horas leerla entera. También abundan los lugares comunes. Pero engancha más, sí, y en algunas partes parece más verosímil. El recurso del diálogo que utiliza en el 99,99% de su escritura demuestra que domina eso, justamente, el diálogo, pero claro está que si uno lee esa novelita y luego abre Engaño (Deception) de Philip Roth, ya los argumentos de defensa para Terranova se ahogan en este calor de diciembre santafesino, que es donde me encuentro ganándome enemigos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario